En los últimos años, la Unión Europea se ha propuesto abordar los problemas que desde hace tiempo veníamos sufriendo en relación con la propiedad intelectual, derechos digitales de los consumidores y las protecciones en materia de Copyright. De ahí, que el pasado 12 de septiembre saliese adelante la reforma de la Ley de Copyright, la cual ha provocado mucho ruido en lo relacionado con la publicación de contenido y la subida de archivos en grandes plataformas.

Según el nuevo texto aprobado desde la Unión Europea, las plataformas tendrán la obligación de velar porque el contenido subido en las mismas no implique una violación del copyright, obligando a tomar medidas y usar técnicas de reconocimiento de contenidos para bloquearlos directamente.

¿Qué será del Internet que hoy conoces?

Hasta ahora, las grandes plataformas ya contaban con sofisticados sistemas que detectaban imágenes o audios protegidos por copyright. La diferencia fundamental reside en la traslación de la responsabilidad a estas plataformas, que deberán velar por la licitud del contenido subido.

Actualmente, los sistemas utilizados no son por imperativo legal, de modo que no es tan relevante si estos filtros son eficaces. El hecho de pasar a ser responsabilidad de las plataformas detectar este contenido se traducirá, en sistemas mucho más agresivos que detecten infracciones. Lo cual implica también aumentar el porcentaje de error de videos bloqueados que no incumplen la normativa.

Esta sustancial modificación va a implicar que muchos vídeos subidos a plataformas como YouTube sean considerados una vulneración de la protección, lo cual va a afectar al funcionamiento de muchas de las más importantes redes sociales, así como a los creadores de contenido en la red. Una de las consecuencias puede traducirse en una reducción del contenido subido a la web o en una fuga de talento, puesto que estas limitaciones operan únicamente dentro del marco de la UE, excluyendo el resto de jurisdicciones.

Con la nueva redacción, la responsabilidad por la copia de contenido que anteriormente recaía sobre el usuario que lo subía; ahora lo hará sobre la plataforma donde sea subido.

Con la antigua normativa, si un filtro no detecta la protección de un contenido no hay problema alguno: quien tuviese interés lo reclamaría y, de ser necesario, el contenido sería retirado. Pero grandes plataformas como YouTube no quieren incurrir en responsabilidades ahora que se les obliga a detectarlo, de modo que los filtros pasarán a ser mucho más agresivos y los bloqueos preventivos pasarán a estar a la orden del día. Ante cualquier duda de si un contenido vulnera o no, el contenido será bloqueado e inevitablemente se modificará el modo en que funcionan los creadores de contenido tal y como los conocemos a día de hoy.

Consumidores como creadores de contenido

Un aspecto fundamental, en el que creo que reside gran parte del desentendimiento entre la reforma aprobada y la sociedad, se encuentra en el hecho de que los consumidores de este contenido son, a la vez, productores de contenido. Ya no existe apenas diferencia entre las empresas y los propios usuarios como creadores de contenido, pudiendo serlo cualquiera de ellos. Esta reforma parece más bien pensada para esa situación en la que encontrábamos grandes empresas haciendo contenido y particulares consumiéndolo.

A mi juicio, la novedosa reforma impulsada desde la Unión Europea no se adapta a los recientes cambios que vive la sociedad, con lo que se está poniendo freno a una importante fuente de conocimiento cultural y social que los ciudadanos están aprovechando, y que esta ley no parece comprender. Hoy, puedes acudir a YouTube a escuchar a un profesor dar clase, a alguien reparar algo o simplemente aprender por curiosidad. Cualquiera de estos contenidos puede ser reconocido como protegido y, automáticamente, bloqueado por los filtros.

Esta Directiva se encuentra fuertemente apoyada por grandes empresas que velan por una mayor protección a los derechos de Copyright. Este es un aspecto en el que la gran mayoría está de acuerdo. La votación de la Directiva se aprobó por una amplia mayoría (438 a favor frente a 226 en contra), mientras que la votación de este artículo 13 no fue tan clara (366 votos a favor frente a 297 en contra). Al mismo tiempo, importantes creadores de contenido extranjeros ya han incluso retirado sus publicaciones de la Unión Europea, e importantes voces en este ámbito como lo es el fundador de Wikipedia se han pronunciado en contra.

Parece claro que una reforma es necesaria. Los contenidos protegidos deben de contar con una efectiva protección que los ampare. La Reforma ha salido adelante, pero aún quedan los diálogos que deberán mantener entre el Parlamento Europeo, la Comisión y los representantes de los Estados Miembros. Queda tiempo para que el texto aprobado sea definitivo, y puede cambiar su redacción. Todo parece indicar que la versión definitiva no será tan dramática como ha resultado para muchos, aunque claro está que su llegada se hará notar.