El Tribunal Supremo de EE. UU. permite a los consumidores demandar a Apple por prácticas monopolistas

El Tribunal Supremo de EE. UU. ha confirmado la decisión previa del Tribunal de Apelaciones en el asunto Apple Inc. v. Pepper y, ha considerado que aquellos consumidores que sean propietarios de dispositivos iPhone pueden demandar a Apple por supuestas prácticas monopolistas en la comercialización de aplicaciones a través de la App Store.

El origen de este asunto tiene lugar cuando cuatro propietarios de iPhone denuncian a Apple alegando que la compañía había monopolizado ilegalmente el mercado de aplicaciones para el dispositivo.

El argumento de Apple consistía en que los consumidores debían dirigir sus denuncias contra los vendedores de las aplicaciones, ya que son éstos los que determinan los precios de las mismas, a través de la App Store.

Apple afirmaba que los consumidores no podían demandar a Apple porque no eran compradores directos.

Posteriormente, en el año 2011, se presentó una demanda colectiva por un conjunto de usuarios. Esta demanda también se interpuso contra presuntas prácticas de monopolio de Apple al exigir que la venta de las aplicaciones solo pueda realizarse a través de su propia tienda, la App Store, lo que conlleva el correspondiente incremento de precio. Gracias a esta circunstancia, Apple adquiere una comisión del 30% por cada compra de aplicación que se realice a través de su tienda, independientemente del desarrollador del que se trate y además, consigue bloquear la competitividad. Esta comisión se traduce en un coste que se traspasa al usuario final que compra la aplicación.

De nuevo, Apple, solicitó al Tribunal Supremo que desestimara dicha demanda basando su argumento en que estos consumidores deberían ejercitar dichas acciones legales contra los fabricantes, desarrolladores o proveedores de las aplicaciones.

En palabras del Tribunal, “Apple pretende frustrar la aplicación efectiva de la ley antimonopolio evadiendo las demandas de los consumidores”.

Esta demanda fue desestimada por un juez de Oakland (California), al considerar que los consumidores no eran los compradores directos.

En el año 2017 esta decisión fue revocada por el Tribunal de Apelaciones, mencionado al inicio del artículo, que otorgó la razón a los demandantes, considerando a Apple la vendedora directa de dichas aplicaciones.

Como consecuencia de este iter jurisprudencial, era necesaria la revisión del Tribunal Supremo, el cual ha ratificado la decisión del Tribunal de Apelaciones, permitiendo el conocimiento del caso a los tribunales estadounidenses inferiores.

A colación de este artículo podemos mencionar también el caso Spotify contra Apple, en el que dicha plataforma reivindica lo mismo que estos particulares, por lo que, realmente, esta situación de sucesión de demandas podría amenazar el modelo de negocio de la App Store por incumplir la normativa en materia de competencia.